martes, 29 de junio de 2010

Lo que ha pasado

Pues yo prefiero a Wade. Foto: sendlebrontochicago.com

Muchas cosas han pasado desde la última entrada del blog, varias de ellas dignas de mención y que en condiciones normales hubiesen copado varias actualizaciones. Así, los Lakers se han hecho con su decimosexto campeonato, quedándose a uno de sus rivales en la final y en la historia.

Se trata del segundo anillo de Pau, que lleva jugadas tres finales con el uniforme púrpura y oro. Gasol mereció ser el MVP de las Finales en detrimento de un Kobe Bryant que retrató todos sus vicios en el último y decisivo séptimo partido. Un lamentable 6/24 en tiros de campo, dos asistencias y cuatro pérdidas fueron los números del jugador que se denominó como la Mamba Negra. Ansias contraproducentes de protagonismo que, afortunadamente para los angelinos, no pudieron con la aportación positiva de un estelar E.T. y del inspiradísimo Ron Artest.

En frente los Celtics tampoco dieron la talla. No pudieron tumbar a su contrincante, pese a haberlo tenido contra las cuerdas durante gran parte del partido, y reaccionaron muy tarde para intentar la remontada. Para colmo Rasheed Wallace ha anunciado su retirada. Aunque eso sí, lo ha hecho después de limpiar su nombre. Mostrando que la clase no se pierde y siempre marcará diferencias.

Además, el draft llegó y se fue sin hacer mucho ruido. Su número uno estaba demasiado claro. John Wall guiará el destino de los nuevos Wizards. Allí, presuntamente, compartirá posición con Kirk Hinrich y deberá confiar en los progresos mostrados por Blatche y McGee durante el tramo final de la pasada campaña. Queda saber qué ocurrirá con Arenas, aunque lo lógico es que termine por salir debido al más que plausible solapamiento de su juego con el del recién llegado.

Además, Gordon Hayward, el jugador que enamoró la pasada edición del March Madness portando la camiseta de Butler, fue elegido por Utah en la novena posicion. Blanco y dirigido por Sloan los Jazz pueden ser un gran destino para él. Sus fundamentos son excelentes y el jugar al lado de Deron Williams no puede ser más apetecible.

Aunque lo que de verdad copa la atención mediática estos días es saber dónde irán a parar los célebres agentes libres del verano 2010. En especial LeBron James, del que se dice que lo tiene apalabrado con Chicago. Por si fuera poco, los Bulls se están moviendo para tener espacio salarial suficiente con el que contratar dos superestrellas. Sólo Rose y Noah parecen intocables y depende de lo que hagan podría significar el resurgir de la ciudad del viento como posible dinastía baloncestística. ¿Qué pasará? A partir del 1 de julio la respuesta.

viernes, 4 de junio de 2010

Artest es la llave

Ron Artest es el encargado de parar a Paul Pierce. Foto: ESPN.com

Hubo un tiempo en el que Ron Artest era un jugador polivalente. Capaz de pegarse a su rival como un chicle en defensa y resolver con cierta solvencia un ataque. Un jugador polémico, estigmatizado en demasía por el día que se le ocurrió subir las escaleras del Palace para pelearse con un aficionado. Y es que aquella macarrada, totalmente fuera de lugar, parece haberle marcado en demasía, mucho más tiempo que los 73 partidos que cumplió de sanción.

Antes de aquello, Ron Ron llegó al estatus de All-Star, amén de haber sido nombrado jugador defensivo del año. Unas condecoraciones que demuestran que un día fue algo más que el jugador alocado que se ha vendido después del follón de Detroit. Ese rol de cabeza loca que, sin duda, él mismo se ha llegado a creer hasta el punto de, prácticamente, pegarse partidos enteros sin mirar a la canasta contraria. Algo absurdo en un jugador que un año superó los 24 puntos por noche.
Pero, tras el primer partido de las Finales parece que por fin se ha reencontrado con sigo mismo. Artest está en paz, y eso le ha convertido en clave del triunfo.

Sin Pierce no hay fiesta en el lado verde. No hace falta una sesuda labor de scouting para saber esto. Ron Ron, como perro de presa que quiere ser, no dudó de emplearse duramente en tan dificil tarea. Así, significativa es la doble técnica que ambos se llevaron cuando sólo habían discurrido 24 segundos del primer cuarto. Son dos jugadores a los que les va la marcha y que además se tienen ganas. Un duelo del que Artest no ha salido derrotado psíquicamente y que, en cierto modo, decantó la victoria para los de Hollywood.

15 puntos, cuatro rebotes, dos robos y la anulación total de The Truth es el balance que se lleva Artest en este partido. Con él en cancha, los Lakers acumulan un parcial de 26 puntos a favor, más que con ningún otro jugador. Ron es clave. Ron es la llave.