Con la salida de Chauncey Billpus los Pistons ponen fin al proyecto que les dio el título en 2004 y comienzan una más que interesante reconstrucción. A diferencia de otros equipos que deben pasarse unos años por los fondos de la liga para luego levantar la cabeza, los Pistons han apostado por un modelo que busca impedir el hundimiento de la franquicia y ofrece una más que interesante transición. Y es que la operación llevada a cabo por el General Manager Joe Dumars posee una doble vertiente presente/futuro. En el presente tenemos la llegada de toda una estrella como Allen Iverson. Esta puede ser la parte del plan que levante más recelos ya que la incorporación del anotador en la dinámica del equipo parece algo complicada. La carrera de The Answer en la NBA ha demostrado que necesita un equipo que gire en torno a él para que su desmesurada producción ofensiva sea valiosa para el equipo. Sin embargo en Detroit se va a encontrar con un equipo asentado, con varias estrellas en sus filas y una concepción coral del juego. Además, los Pistons cuentan en su plantilla con un escolta de perfil ofensivo como Richard Hamilton. Conjuntar a Iverson con Rip va a ser el principal quebradero de cabeza de Michael Curry. Parece claro que durante muchas fases uno de los dos deberá actuar de teórico base, aunque ninguno de los dos pueda ser tomado como tal. Además la salida de Billups responde a la necesidad de dar más minutos y protagonismo al joven Rodney Stuckey. Iverson no debe frenar la progresión del jugador que está llamado a ser el base de los Pistons en un futuro próximo por lo que el rotar satisfactoriamente a estos tres jugadores será vital para el devenir de Detroit en esta temporada. Detroit sufre también la baja del veterano ala-pivot Antonio McDyess. Su hueco deberá ser cubierto por el joven Jason Maxiell que, previsiblemente, partirá de inicio con Rasheed Wallace. El polémico Kwane Brown tendrá una nueva oportunidad ya que dispondrá de más minutos al ser lo más parecido a un pívot que hay en el roster de los Pistons. No obstante no hay que descartar una posible vuelta de McDyess que ya ha declarado su disconformidad con su traspaso a Denver. El jugador podría incluso optar por la retirada aunque su intención es la de finalizar su actual contrato para poder fichar como agente libre por un equipo con opciones reales al título. Esta jugada se trata de un último cambio de efecto a un proyecto que parecía haber tocado ya su techo. Con Iverson en nómina, y pese a los problemas que esto puede acarrear también, los Pistons vuelven a optar a todo en la débil Conferencia Este. Pero la jugada de Dumars no acaba aquí. Con una plantilla envejecida y que deportivamente había alcanzado su techo el reto de Dumars era conseguir una transición lo más corta posible. Teniendo en cuenta que el equipo que tenían podía asegurar Playoffs como mínimo un par de temporadas más parecía dificl la llegada de savia nueva importante vía draft. Sin embargo la salida de Chauncey Billups, que tenía por delante cuatro años de contrato, y la llegada de Iverson, que finaliza contrato esta misma temporada, hacen que Detroit obtenga un gran margen salarial para contratar algún agente libre interesante. A esto hay que sumar el dinero que liberará la finalización del contrato de Rasheed Wallace, algo menos de 14 millones de dólares, y, por si fuera poco, los dos años que tenía firmados Antonio McDyess a seis millones de dólares por año. Es decir, de golpe y porrazo los Pistons liberarán 35 millones de dólares además de haberse desecho de dos jugadores veteranos que poseían contratos de larga duración -especialmente Billups- (ver situación contractual de Detroit en la actualidad). Por si esto fuera poco Detroit renueva a Richard Hamilton por tres años (leer) asegurándose así su continuidad en la franquicia y forjando un apetitoso esqueleto con el que tentar a alguno de los codiciados agentes libres de 2010 -¿Chris Bosh?-.
LeBron será, un año más, el centro de los Cavaliers
Los Cleveland Cavaliers son el equipo de LeBron James. Esta afirmación, que podría firmar mismísimo Perogrullo, posee una doble lectura. La primera es la que hace de los Cavs candidatos a todo en el Este. Y es que, pese a la moderada subida de nivel que se supone va a experimentar la conferencia, los Cavs deben seguir siendo uno de los equipos punteros debido a la presencia de El Elegido en sus filas. La segunda lectura, más literal, es la que muestra a Cleveland como un equipo demasiado dependiente de lo que James pueda hacer. El traspaso límite realizado con Chicago la pasada temporada no sirvió para mejorar el nivel del equipo y los refuerzos de este verano, pese a ir en la dirección correcta, tampoco parecen definitivos. La incorporación más importante es la de Maurice Williams. Tras varios años sobreviviendo sin un base puro en la plantilla los Cavaliers al fin tendrán un playmaker que ofrecer a LeBron. Pero, más que un director de juego al uso, Williams es también un buen anotador exterior. Esto hace que el General Manager de Cleveland, Danny Ferry, continúe en cierto modo con su política de rodear a King Jmes de tiradores exteriores. Pero para valorar el traspaso en su justa medida es importante ver tanto lo que han recibido como lo que han soltado. Joe Smith y Damon Jones son los jugadores sacrificados, de los cuales sólo el veterano Smith supone una baja importante. El que fuera número uno del draft es un jugador que siempre cumple allá donde juega aunque tampoco se le puede considerar una pieza de suma importancia en el engranaje de los Cavs. Por lo tanto, y por una vez, se puede decir que los Cavaliers han acertado plenamente en el intercambio ya que reciben a un jugador joven, 25 años, llamado a ser importante a cambio de un viejo guerrero y un jugador secundario. Otro de los errores de gestión de los Cavs la temporada pasada fueron las tardías renovaciones de Anderson Varejao y Sasha Pavlovic. Danny Ferry se ha puesto las pilas este verano, quizás debido al vértigo que produce una posible marcha de LeBron en 2010, y ya ha solventado la continuidad de Daniel Gibson y Delonte West. Ambos jugadores, de perfil similar, están llamados a disputarse el puesto de teórico escolta aunque West también podría ser usado como base. El resto del equipo es el mismo que disputo los pasados Playoffs. Destaca sobre todo la interminable batería de tiradores que poseen estos Cavs. Además de los ya mencionados Williams, West y Gibson, los de Ohio cuentan también con Wally Szczerbiak y Sasha Pavlovic en plantilla. Si bien estos dos últimos no se mostraron muy acertados la pasada campaña. Estos cinco jugadores, más LeBron como fijo en el puesto de teórico alero, se disputarán las posiciones exteriores, mientras que el ex de Memphis Terence Kinsey se verá abocado a los llamados minutos de la basura. El juego interior volverá a depender, al menos en el inicio de liga, de la veterana pareja Wallace-Illgauskas. Ambos jugadores afrontan el ocaso de su carrera aunque el rendimiento que se espera de ambos es muy diferente. Mientras que el lituano seguirá siendo la referencia de su equipo en la pintura de Ben Wallace sólo se puede esperar que no genere problemas de vestuario como hizo en Chicago. Varejao, el veterano Lorenzen Wright y el rookieJJ Hickson completan el frontcourt. De estos tres jugadores Varejao es el que parte con más opciones de disputar minutos de peso, e incluso birlarle el puesto a Big Ben si este no termina de rendir, aunque en un juego interior tan dudoso incluso Hickson podría llegar a adquirir cierto peso si se aplica desde el inicio.
La sociedad Jefferson-Redd, encargada de devolver a los Bucks a la elite. Foto: Yahoo Sports
Comenzar a contar en el Este. Este es el objetivo de los Milwaukee Bucks para la temporada 2008-09, igual que lo fue en las anteriores Tras los fracasos cosechados el crédito de los de Wisconsin esta puesto en tela de juicio. Por ello, y tras unos movimientos más que interesantes en los despachos, los Bucks parten como candidatos para jugar los Playoffs por el título, pero con reticencias. El cambio más importante es el que se produce en el banquillo. Después de salir rebotado de Chicago la pasada temporada Scott Skiles será el encargado de regentar elbanquillo de Milwaukee. Pese a fracasar con los Bulls Skiles no ha perdido credibilidad. De la adaptación del equipo a su ritmo de juego dependerá el devenir de estos Bucks. En cuanto a jugadores la incorporación más importante, o al menos de mayor relumbrón, es la de Richard Jefferson. El que fuera jugador franquicia de los Netsllega a la ciudad de la cerveza a cambio de Bobby Simmons y el chino Yi Jianlian. Ni Simmons, que nunca llegó a desplegar el juego que se esperaba de él, ni Yi, que declaró que no quería jugar en Milwaukee debido a la escasa colonia china existente en la ciudad, suponen dos bajas tremendamente sensibles para el equipo mientras que Jefferson es un jugador apto para adoptar la figura de líder, un rol que ni Redd, ni Bogut han sabido interpretar correctamente. Además, su capacidad defensiva es otro En un traspaso a tres bandas entre Bucks, Cavaliers y Thunder los de Milwaukee se hicieron con los servicios de Damon Jones, Luke Ridnour y Adrian Griffin. Aunque lo más significativo de este movimiento es la salida del equipo del base anotador Maurice Williams. Su hueco lo deberá suplir Ridnour. Frodo, que no ha terminado de cumplir las expectativas que generaron su llegada a la liga, deberá manejar el timón de los Bucks Mientras que Griffin y Jones desarrollarán papeles secundarios en las alas. La renovación de Andrew Bogut es el cuarto gran movimiento de la franquicia. El que fuera número uno del draft del 2005 ha firmado con los Bucks por la nada desdeñable cantidad de 60 millones de dólares, que podrían ser 72 si se cumplen una serie de objetivos, en cinco años. Ante la escasez de pívots de calidad en la NBA los centímetros se pagan y aunque parezca su contrato pueda parecer algo desorbitado se encuentra dentro de mercado. Pero más allá de su contratazo el pívot australiano lleva una progresión continuada que le puede llevar a ser uno de los jugadores interiores más importantes de la Conferencia Este.
La incógnita se presenta en el papel que desarrollará Michael Redd en estos nuevos Bucks. El que hasta ahora ha sido jugador franquicia y máximo anotador de la franquicia puede verse desplazado por la llegada d Jefferson y la progresión de Bogut por lo que involucrarlo en el proyecto es vital para los Bucks. Aunque la gran duda del quinteto inicial la plantea Charlie Villanueva. El ala-pivot, cuya calidad individual es incuestionable, debe mostrarse más involucrado en el juego ya que corre un serio riesgo de enrolarse en el ingrato club se dejaba llegar. El banquillo presenta soluciones más que aceptables, sobre todo hablando del Este. El base Ramon Sessions tendrá su oportunidad después del increíble final de temporada que protagonizó el año pasado. Su papel en principió será el de suplir a Ridnour, aunque si continúa con su meteórico ascenso podría, incluso, alcanzar la titularidad. En las alas Jones, Griffin y el ex del Breogan Charlie Bell son los principales recambios mientras que el juego interior cuenta con el veteranísimo ex del Barça Francisco Elson y el rookie Joe Alexander. Aunque de cumplirse las predicciones más agoreras sobre Villanueva todo parece indicar que el de West Virginia podría finalizar la temporada en el cinco inicial. En pretemporada el camerunés de UCLA Mbah a Moute está teniendo cierta relevancia, aunque no sería de extrañar que finalizara el curso en la D-League.
Nombre por nombre se trata de un equipo más que competente y la presencia de una estrella trabajadora y poco dada a las polémicas como Richard Jefferson son síntomas de garantía. ¿Será este el despertar de Milwaukee?
Danny Granger deberá tomar las riendas de los Pacers
Los Indiana Pacers han sido los grandes protagonistas del mercado veraniego en el Este -eso sí, más por la cantidad que por la calidad de sus adquisiciones-. A falta de la más que probable salida de Jamaal Tinsley los de Indiana han decidido protagonizar una ruptura definitiva con su pasado más reciente deshaciéndose del que otrora fuera su jugador franquicia, Jermaine O’Neal, y continuar así la línea de renovación que encabeza Jim O’Brien desde el banquillo. Si la pasada temporada partían erróneamente para muchos analistas como los principales candidatos de la Conferencia Este para el descalabro definitivo -entre los que me incluyo- tras quedarse a una sola victoria para los Playoffs los chicos de O`Brein se han ganado, al menos, el beneficio de la duda. Y es que, tal y como está el Este, las meras ganas de competir te hacen candidatos a la postemporada y parece que en Indiana, estado famoso por su pasión por el basket, esta motivación no va a faltar. La salida de O’Neal rumbo a Canadá conllevó la llegada a Indiana de TJ Ford, Rasho Nesterovic y la elección número 17 del pasado draft con la que los Pacers escogieron al pívot de Georgetown Roy Hibbert. A simple vista el traspaso parece equilibrado, más si tenemos en cuenta que dos de los protagonistas, Ford y O’Neal, poseen un historial médico cuanto menos problemático. Previsiblemente Ford ocupará el rol de base titular. Una vez derrotado en su particular duelo con Calderón el de la Universidad de Texas tendrá la oportunidad de desarrollar su juego rápido y ofensivo en un equipo cuyo perfil parece que se le ajusta más. Nesterovic, por su parte, parece que partirá como el cinco titular del equipo aunque no sería de extrañar que a lo largo de la temporada perdiese esta condición a favor del Doctor Hibbert. El otro gran caudal de llegada de jugadores fue el draft en el que los Pacers protagonizaron un intercambio de piezas con los Blazers que derivó en la llegada a Indianápolis de Jarrett Jack, Josh McRoberts y el campeón universitario Brandon Rush, elección número 13 del draft. Jack, pese a no ser un jugador espectacular ni irremplazable, es un buen segundo base, mientras que el mediano de los Rush es un buen alero capaz de mejorar la rotación del equipo. Granger y Dunleavy pasan de ser los líderes oficiosos del proyecto a las principales cabezas visibles de estos Pacers. Los dos jugadores, claves en el buen rendimiento de Indiana la pasada temporada, tendrán el peso de liderar e integrar a las nuevas incorporaciones partiendo como las principales referencias ofensivas del equipo junto a TJ Ford. Como ocurre en muchas franquicias NBA la plantilla de los Pacers posee una fuerte descompensación entre jugadores exteriores e interiores. Además de los ya nombrados Ford, Dunleavy, Jack y Rush -y obviando a Jamaal Tinsley, aún en plantilla- los de Indianápolis cuentan para el backcourt con Travis Diener, Marquis Daniels, Stephen Grahan y el veterano Eddie Jones, que también ha llegado este verano a cambio del joven Shawne Williams. Mientras que en las posiciones interiores sólo Jeff Foster y Troy Murphy tienen papeletas para acompañar a los recién llegados Hibbert y Nesterovic. Este evidente desequilibrio puede hacer que O’Brien apueste durante muchos minutos por un equipo de jugadores bajos en los que Murphy actúe de falso pívot.
Miller, clave en la rápida recuperación de los Sixers
Tras una transición ejemplar de la era Allen Iverson a estos nuevos Sixers de Playoff el equipo de Philadelphia se ha hecho con uno de los agentes libres más cotizados del mercado veraniego, Elton Brand (leer). Mr. 20-10 llega a la ciudad del amor fraternal para cubrir la posición de ala-pivot y completar así un quinteto inicial que, a priori, se encuentra entre los mejores de la Conferencia Este: Miller-Iguodala-Young-Brand-Dalembert. Pero la llegada de Elton Brand no ha sido el único movimiento de calado que han realizado los 76ers este verano. La renovación del que hasta ahora era su jugador franquicia, Andre Iguodala, ha sido uno de los temas que más quebraderos de cabeza ha generado en Phila. Finalmente el acuerdo se cifró en 80 millones de dólares por seis temporadas, ahora queda en manos del jugador demostrar si la apuesta ha sido la correcta. Y es que existe cierto miedo en ver la reacción de Iggy respecto a su presumible pérdida de protagonismo. Con Brand en la plantilla y la importantísima producción de Andre Millerdesde el puesto de base Iguodala debe consolidarse como una de las estrellas de la liga. A su favor queda el seguir siendo la principal referencia ofensiva exterior del equipo. La llegada de Kareem Rush y la vuelta del veterano pívot Theo Ratliff son las principales incorporaciones para el banquillo de los Sixers. Mientras que de Ratliff no se puede esperar mucho debido a sus constantes problemas físicos, Rush llega a Pennsylvania para cubrir la vacante de tirador que continúa libre desde que Korver partió hacia el estado mormón. A
unque la mejor noticia para la segunda unidad de Philly es, sin duda, la renovación de Louis Williams. El escolta se ha ganado a pulso un hueco en la plantilla y en el corazón e los aficionados de los Sixers. Tras promediar la pasada temporada algo más de 11 puntos por partido varios fueron los equipos que se interesaron por su situación pero la determinación del jugador por continuar en Philadelphia ha sido clave en su renovación.
Smith, tras renovar por cinco años, tendrá como objetivo personal el All-Star
Tras una temporada que se podría calificar como notable con la incursión de los Hawks en Playoffs tras 11 años de ausencia en la postemporada. Pese a que esta clasificación se debe en gran parte a errores ajenos como las pésimas temporadas de equipos como Miami o Chicago los de Georgia poseen el deber de tomar la pasada campaña como el punto de partida a partir del cual continuar mejorando el rendimiento deportivo de su joven plantilla. Para ello Atlanta continuará confiando en el ilusionante bloque de jugadores que lograron, entre otras gestas, forzar siete partidos en la eliminatoria que les enfrentó al equipo que posteriormente se corono campeón de la NBA, Boston Celtics. Los principales movimientos en la ciudad de la Coca-cola, fuga de Childress aparte, han sido dos renovaciones. Pese a que la continuidad del alero Josh Smith, que finalmente firmó por 58 millones de dólares y cinco temporadas, debería de haber sido la prioridad absoluta en Atlanta esta sólo se produjo una vez que los Grizzlies realizaron una oferta al jugador, algo que no sentó especialmente bien a Smith. J Smooth llegó a ser durante gran parte de la pasada temporada la referencia real de los Hawks pese a que no obtuvo la vitola de All-Star, algo que si consiguió su compañero Joe Johnson. La otra gran renovación del verano, mucho más polémica, es la del entrenador Mike Woodson. Pese a los resultados el de Indiana ha sido constantemente criticado por su relación con los jugadores así como por no saber sacar todo el jugo posible a la plantilla. Junto a Smith y Johnson, clásicos puntales de la franquicia en estos últimos años, Mike Bibby y Al Horford serán las otras dos grandes referencias del equipo. Bibby tendrá el deber de llevar el timón de estos jóvenes Hawks. Para ello se espera que recupere su nivel tras asentarse en un equipo que posee ciertas aspiraciones. Mientras, Hordford, que partirá como pívot titular aunque disputará muchso minutos como ala-pivot, deberá continuar con la excelente progresión que mostró la pasada campaña y que le hizo el único rookie capaz de rivalizar con Kevin Durant por el MVP de novatos. Marvin Williams y los recién llegados Ronald Murray y Maurice Evans deberán cubrir el hueco que deja la marcha de Childress al baloncesto europeo. La operación, todo un bombazo desde la óptica europea, no resulta de gran calado vista desde el otro lado del Atlántico. El mayor hueco de la plantilla se encuentra en la posición de pívot donde sólo cuentan con el georgiano Zaza Pachulia como cinco puro. No obstante -como vamos a ir viendo a los largo de estos repasos- se trata de una merma muy recurrente, especialmente en el Este, por lo que tampoco debe significar un gran impedimento para los de Georgia.
Larry Brown, elegido para llevar a los Bobcats por primera vez a los Playoffs.
Si repasamos la plantilla de los Bobcats nombre por nombre nos encontramos que estamos ante una buen equipo. Una franquicia que en condiciones ideales no debería tener muchos problemas para clasificarse en Playoffs en la conferencia débil. Pero la realidad nos dicta una situación completamente dferente. Ya sea debido a problemas de lesiones o a que algunos de sus jugadores no han ofrecido lo que se esperaba de ellos la franquicia de Carolina sigue anclada entre las últimas del Este.
Para dar un vuelco a la inercia perdedora de la franquicia Michael Jordan se ha hecho con uno de los entrenadores clásicos de la liga, Larry Brown. A priori, el talante defensivo del técnico no debe ser del todo contraproducente con la composición de la plantilla aunque tampoco parece el perfil más idóneo para estos Bobcats.
El segundo gran movimiento de este verano ha sido la renovación de Emeka Okafor. El que fuera nombrado el mejor rookie en 2005 firmó con los Bobcats por 72 millones de dólares y seis años tras haber intentado tantear el mercado sin encontrar un destino que le ofreciese un contrato mejor. Okafor queda así refrendado como la gran apuesta de Charlotte, algo que él deberá de ratificar sobre la cancha.
Y es que si hablamos de jugadores que han ofrecido menos de lo que su progresión podía prever el primer caso que viene a la cabeza es el del jóven pívot. Nombrado rookie del año por delante de Dwight Howard el de la Universidad de Connecticut parece haberse quedado algo estancado en su juego siendo un pívot duro y rocoso en aspectos defensivos pero quizás demasiado limitado en ataque. Y no es que se trate de compararle con todo un fenómeno como Superman si no con todo lo que su potencial ha dejado entrever en sus años de formación. El otro jugador que no ha sabido dar el paso adelante que de él se precisaba es Jason Richardson. En su primera temporada fuera de los Warriors no ha sabido reivindicarse como un líder capaz de devolver a Charlotte a las luces de los Playoffs. Este año volverá a tener la responsabilidad de ser el jugador exterior referencia de los Bobcats, una nueva oportunidad de reivindicarse como algo más que un prolífico anotador.
El puesto de base queda bien cubierto con Raymond Felton y el rookie DJ Agustin. Dos bases con grandes aptitudes ofensivas que deberán bajar el culo en defensa para agradar a su nuevo técnico. En las alas Gerald Wallace monopolizará, junto a J-Rich, la mayoría de minutos de juego. Wallace es de esa clase de jugadores que sin hacer un excesivo ruido son capaces de aportar en todas las facetas de juego. A la espera está el ver que puede ofrecer Adam Morrison al equipo. Si las lesiones le respetan medianamente debería ser el primer reserva pero su historial médico no anima a fomentar el optimismo respecto a él.
El juego interior es la parte más débil de estos Bobcats. Si obviamos por un momento los antecedentes médicos Nazr Mohamed, Sean May y el propio Okafor se repartirían gran parte del partido dejando al joven Davidson los minutos de la basura. Mohamed es un jugador capaz de firmar buenos números saliendo como reserva pero que resulta insuficiente saliendo desde el cinco inicial. Mientras que Sean May es un jugador de una calidad contrastable pero que no ha tenido suerte con las lesiones. No obstante la debilidad interior es una constante en muchas franquicias de la NBA por lo que tampoco debería ser óbice para una posible candidatura a postemporada.
Butler, Arenas y Jamison conforman el "big three" de Washington
Este verano se presentaba crucial para el devenir de los Washington Wizards. La franquicia de Virginia debía afrontar la renovación de dos de sus tres pilares básicos, Arenas y Jamison, con la dificultad añadida de que para renovar al primero era condición sine quan non la renovación del segundo.
Finalmente, y tras sondear fallidamente algunas posibilidades como Elton Brand o Baron Davis, en la capital se decantaron por efectuar las renovaciones de Arenas, seis años por 111 millones de dólares, y de Jamison, 50 millones por cinco años, construyendo así un proyecto continuista cimentado en el archiconocido trío que estos dos jugadores forman junto a Caron Butler. Una fórmula que el año pasado ya proporcionó Playoffs en DC pese a la presencia meramente anecdótica del Agente Zero a lo largo de la temporada a causa de una fuerte lesión en su rodilla izquierda.
Los problemas físicos de Arenas son, probablemente, el gran handicap de este equipo ya que este verano ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente una vez más de unos problemas que lleva arrastrando desde el final de la temporada 2006/07. El jugador franquicia de los Wizards se perderá, al menos, tres meses y se espera que esté de nuevo sobre los parqués en diciembre.
Con Arenas o sin él lo cierto es que da la sensación de que los de Washington reinciden en una receta ya gastada. Es un equipo construido para participar en la postemporada pero que genera serias dudas sobre un futuro más allá de la segunda ronda, donde parece que poseen su techo. La vuelta de Juan Dixon, más pensada en actuar como parche de la lesión de Arenas que como hombre importante para la rotación, es el refuerzo más importante que han realizado estos Wizs del también renovado Eddie Jordan.
Howard muestra la camiseta con la que jugarán los Magic a partir de esta temporada
La temporada pasada los Orlando Magic consiguieron introducirse dentro de la elite del Este al liderar con cierta solvencia la Southeast Division y conseguir el tercer mejor balance victorias-derrotas de la conferencia. Este año los de Orlando deberían estar obligados a intentar mejorar los registros del curso pasado e intentar colarse en la final de conferencia, una tarea complicada pero que sin duda consolidaría el proyecto deportivo de los Magic en el año que cumplen su vigésimo aniversario.
Para aspirar a tan ambiciosas cuotas los Magic cuentan con uno de los argumentos más rotundos de toda la liga, Dwight Howard. Con su incursión en el mejor quinteto de la liga el joven pívot se ha confirmado como uno de los jugadores interiores más dominantes de la liga. Todo un portento físico que promedió 20,7 puntos y algo más de 14 rebotes por partido la pasada temporada.
Rashard Lewis y Hedo Turkoglu parten como teóricas segundas espadas. Después de realizar una temporada bastante similar en números las sensaciones ofrecidas por ambos jugadores son completamente distintas. El ex de los Sonics no ha sabido refrendar su exagerado contrato en su primer año en Florida y se dejó comer el terreno por un Turkoglu que vio reconocida su labor con la obtención del trofeo al jugador que más ha mejorado. Aunque las últimas declaraciones del turco en las que afirma que no continuará la temporada que viene en Orlando podrían resultarle contraproducentes de no salir las cosas bien al inicio de la temporada.
Mickael Pietrus llega a Orlando con la misión de añadir intensidad a un más que apañado perímetro. La llegada del jugador francés sirve para apuntillar la posición de escolta que queda perfectamente cubierta con Keith Bogans y el hasta ahora infrautilizado JJ Redick. Algo más coja queda la posición de base tras la marcha de Carlos Arroyo y Keyon Dooling. Jameer Nelson deberá dar el paso adelante definitivo en su juego y disipar las dudas que hasta ahora a creado. La apuesta de la franquicia por él parece clara y es la hora de responder.
Pese a que parezca increíble el juego interior es la faceta más débil del equipo. Y es que después de Howard no hay nada. La renovación de Foyle indica la dificultad de encontrar jugadores interiores de garantías y parece que Stan Van Gundy se decantará por repetir la fórmula de jugar con cuatro jugadores abiertos con Turkoglu como falso cuatro y D12 como única referencia interior. Un sistema que nació de la necesidad de cubrir la baja de Tony Battie y que se mostró muy difícil de defender.
Las aspiraciones de los Heat volverán a pasar por el estado físico de Wade
Pese a que sólo han pasado dos años del triunfal 2006 para la memoria de los aficionados de los Heat parece que haya pasado una eternidad. Con la lógica excepción de Wade, al que prácticamente no se vio el año pasado, todo rastro de aquel exitoso proyecto ha sido eliminado a conciencia con la intención de confeccionar un nuevo ambicioso proyecto que anime a Flash a continuar en Florida cuando finalice contrato en el esperado 2010.
Para ello en Miami decidieron pasarse más de la mitad de la temporada pasada arrastrándose por las canchas de la liga y así tener más opciones de llevarse el número uno en la lotería del draft. Pero la jugada no salió como estaba previsto y su deplorable actitud fue castigada en el sorteo con la elección número dos con la que escogieron a Michael Beasley -bendito castigo, podrían pensar algunos nada faltos de razón-.
Actualmente Beasley y Wade son lo único seguro en Miami. El resto es temporal o circunstancial y se podría sujetar a cambios si la situación lo precisase. Dentro de este ramillete de jugadores circustanciales destaca sin lugar a dudas la presencia de Shawn Marion. The Matrix fue el peaje que los Heat tuvieron que pagar para deshacerse de Shaq y pese a que su estancia ha estado repleta de rumores de salida hasta la fecha ninguno ha fructificado.
El triángulo Wade-Beasley-Marion será pues el encargado -al menos en el inicio de la liga- de liderar el juego de los Heat. Se trata de un trío de garantías que posee en Dwyane Wade su vértice más destacado. Flash viene de mostrar en los Juegos Olímpicos que ha recuperado el gran tono físico que siempre le ha caracterizado. El número 3 fue, sin duda, el mejor jugador del combinado norteamericano y llegó a recordar al jugador que enamoró a los aficionados de la NBA en la final ante los Mavericks. Beasley por su parte está llamado a ser el rookie con mayor impacto en la liga -más incluso que el número uno, Derrick Rose-. Beastley demostró en su paso por Kansas State que es una superestrella en ciernes con gran facilidad para hacer grandes números y a la que sólo su cabeza podría impedirle triunfar en la liga –ver la sanción de 50.000 dólares que ya le han impuesto en el curso de formación que todos los años organiza la NBA para los jugadores novatos y en la que también fue multado su compañero Mario Chalmers (leer)-. Mientras que Marion, ¿hay alguien qué no quiera a un todoterreno como Marion en su equipo? -excluyendo a Amare Stoudamaire, claro-.
Si bien el triángulo principal posee la capacidad de mantener a la franquicia en la zona media del Este, incluso en Playoffs con un Wade en plena forma, el resto supone un auténtico desierto para los fans de los Heat. Aunque es en la posición de base donde el equipo presenta las carencias más notables. Marcus Banks, Chris Quinn y el rookieMario Chalmers, que logró la canasta que dio el triunfo a Kansas en la pasada Final Four, son los jugadores que deberán llevar la manija del equipo en este inicio de temporada. Todos ellos son jugadores de un perfil demasiado bajo por lo que no sería extraño que se realizase alguna incorporación antes incluso de que comenzase la temporada. En el juego interior las cosas, aunque un poco mejor, tampoco están como para tirar cohetes. A la espera de ver las condiciones en las que Mourning vuelve de la lesión en la que se encuentra inmerso Mark Blount, Udonis Haslem y Jamaal Malgoire formarán el frontcourt de los Heat. A estos nombres hay que sumar la aportación que Beasley y Marion pueden realizar como ala-pivots.