martes, 16 de febrero de 2010

El (pen)último cartucho de Cuban

Butler y Stevenson llegan a Dallas. Foto: ESPN.com

Desde que comprara los Dallas Mavericks en el año 2000, el objetivo del excéntrico multimillonario Mark Cuban ha sido siempre convertir al equipo texano, una franquicia históricamente perdedora, en toda una potencia dentro de la NBA. Diez años después, este objetivo primigenio se puede dar por cumplido. Desde la temporada 2000/01 los Mavs no han fallado una sola campaña a su cita con los Playoffs, llegando a disputar por primera vez unas Finales en 2006, donde cayeron ante los sorprendentes Heat de un jovencísimo Dywane Wade.

Pero el hecho de no haber conseguido el preciado anillo, además de algunos batacazos sonados como el haber sido eliminados por los Warriors en primera ronda tras haber conseguido el mejor registro en la Liga Regular 2006/07, le dieron al proyecto de Cuban un cierto halo de maldito. Una reputación que el millonario se resigna a aceptar. Es por ello que cada temporada no duda en liarse la manta a la cabeza en lo que a traspasos se refiere para tratar de reflotar al equipo. Sólo existe una consigna: no tocar a Nowitzki.

Con la atención baloncestística centrada sobre Dallas a raíz del All-Star -y su cuestionable idea de celebrarlo en un campo de fútbol americano-, los Mavs han sido los más rápidos a la hora de pescar en el río revuelto que son los Wizards tras el escándalo Arenas. Así, Cuban quema la traca y adquiere para su equipo al alero Caron Butler, al pívot Brendan Haywood y al escolta DeShawn Stevenson. A cambio, los de la capital reciben a los expirings Josh Howard, James Singleton y Drew Gooden, además de Quinton Ross para cuadrar la operación. La clásica fórmula de obtener opciones deportivas a cambio de beneficio económico. Todos satisfechos.

Se trata de una operación arriesgada, sin duda, que tiene en el conjuntar a dos jugadores similares como Butler y Marion su principal dificultad. Pero no hay duda que por potencial, así como por estado de forma, los Mavs vuelven a la primera línea del siempre competitivo Oeste. Con permiso de los vigentes campeones, claro.

3 comentarios:

Pirrimarzon dijo...

Aunque el traspaso aparentemente ha sido un cambio por hombre entre cada equipo, creo que existe una evolución entre ambos, sobre todo en el puesto de pívot. Además, hay un valor añadido al mismo, y es el no-traspaso de Dampier, que tendrá el año que viene un valor extraordinario. Por qué? Porque tiene una cláusula muy apetecible para cualquier equipo, la DUST Chip (como explica muy bien Kurtkbain en su blog), por la cual no costará nada en el salary cap a cualquier equipo que decida cortarle. Es muy interesante esa información, pásate por ese blog y lo verás.

Saludos!

José Viruete dijo...

A ver que tal les sale la jugada... desde luego a estas alturas más les vale arriesgar. A mí me gustaría ver a Dirk con un anillo.

J. Mercadal dijo...

@Pirri

Desconocía esa cláusula en el contrato de Dampier. Algo bueno tenía que reservarse el equipo cuando decidió firmarle ese pastizal al bueno de Eric.