viernes, 16 de abril de 2010

Zaragoza es ACB

Darren Phillip celebra el ascenso con la afición. Foto: Heraldo.es

Es extraño sentarse delante del teclado con las manos temblorosas de la emoción. También lo es el vivir el ascenso de tu equipo a la ACB a través del PC. Es por ello que uno no sabe muy bien qué contar. Casi no se sabe bien lo que se acaba de vivir. En cierto modo, al elegir el periodismo elegí la vía de contar lo que sucede en vez de vivirlo en primera persona. Pero es una situación que todavía me cuesta asumir y que evito adoptar siempre que puedo. Esto es, cuando no estoy trabajando -desgraciadamente la mayor parte del tiempo-.

Pero lo que no quiero es resignarme a expresar públicamente mi profunda alegría por el ascenso del Basket Zaragoza. Equipo del que soy aficionado, abonado -pese a no poder ir prácticamente a ningún partido este año- y, porqué negarlo, un forofazo de los pies a la cabeza. A través de la retrasmisión de FEB.tv he podido ver lo que ha ocurrido esta noche en el Principe Felipe. En un partido que no ha tenido mucha historia, como la temporada en sí del equipo, y en una afición que si bien no se ha mostrado tan ansiosa de ACB como hace dos años, si que ha vuelto a responder llenando una vez más el coliseo zaragocista.

En los diferentes planos de la grada que el realizador ha ido colando durante la retrasmisión he podido ver a compañeros, conocidos y colegas. Caras de nervios y momentos de tensión que afortunadamente se han tornado en alegría y, supongo, fiesta a lo largo de esta noche. Unas sensaciones que, particularmente, me hacen empatizar y consiguen despertar en mi eso que damos en llamar morriña.

Lo que se ha conseguido deportivamente tiene un gran mérito. Es muy dificil ascender en un sólo año. En Zaragoza tenemos algo de esperiencia sobre este tema. Es muy meritorio el haber conseguido permanecer invicto en casa, así como encadenar 17 victorias seguidas. Es muy valioso el haber conseguido ganar a los cuatro mejores equipos de la competición -a falta del último partido en Melilla-. Pero, lo más importante, lo que de verdad resulta complicado, es el poder tener un motivo para celebrar.

Nos vemos el año que viene en ACB.

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