“Porque la vida puede ser maravillosa”. Estas fueron las últimas palabras de Andrés Montes en televisión. Maldita ironía, puede ser, aunque es preferible no tomarlo así. Si no como toda una declaración de intenciones. Un legado que retrata perfectamente la dimensión televisiva del hombre que acuño la palabra jugón.
Montes se ha ido generando un estrepitoso terremoto en el mundillo del baloncesto especialmente, aunque sus últimos coqueteos con el futbol -pasión de multitudes- hace que las noticias mas leídas en la edición digital del Marca estén asociadas a su desaparición, algo muy significativo - y mas en día de partido merengue-.
Y es que hay que ser especial para ser capaz de desatar pasiones alrededor de tu figura. Montes lo era y así ha quedado demostrado. Yo, como muchos, lo conocí narrando la NBA en Canal +. Probablemente, junto a Daimiel (leer su Twitter), uno de los grandes responsables de que me enganchara a este deporte. A una forma consciente de entender el show business norteamericano, el espectáculo hacia el que deriva el deporte profesional actual.
Para mi, el sexto anillo de los Bulls, uno de los momentos mas emocionantes que he vivido como espectador, tiene su voz. Sus gritos alabando a Michael Jordan. Igual que el campeonato del mundo de Japón o tantos otros hitos históricos vividos al ritmo de su característica jerga. Se ha ido un grande, y aquí, en forma de post, va mi pequeño homenaje.
Muchas gracias, Andrés.
Montes se ha ido generando un estrepitoso terremoto en el mundillo del baloncesto especialmente, aunque sus últimos coqueteos con el futbol -pasión de multitudes- hace que las noticias mas leídas en la edición digital del Marca estén asociadas a su desaparición, algo muy significativo - y mas en día de partido merengue-.
Y es que hay que ser especial para ser capaz de desatar pasiones alrededor de tu figura. Montes lo era y así ha quedado demostrado. Yo, como muchos, lo conocí narrando la NBA en Canal +. Probablemente, junto a Daimiel (leer su Twitter), uno de los grandes responsables de que me enganchara a este deporte. A una forma consciente de entender el show business norteamericano, el espectáculo hacia el que deriva el deporte profesional actual.
Para mi, el sexto anillo de los Bulls, uno de los momentos mas emocionantes que he vivido como espectador, tiene su voz. Sus gritos alabando a Michael Jordan. Igual que el campeonato del mundo de Japón o tantos otros hitos históricos vividos al ritmo de su característica jerga. Se ha ido un grande, y aquí, en forma de post, va mi pequeño homenaje.
Muchas gracias, Andrés.
3 comentarios:
Todos los aficionados a la NBA le echaremos de menos. Y le recordaremos siempre en esos partidos aburridos, porque él no estará para alegrarlos.
PD: Yo también necesitaba homenajearle en mi blog.
Un saludo
DEP Andrés.
Ahí se marcha un tipo al que nadie olvidará nunca.
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