domingo, 4 de abril de 2010

Butler, una leyenda made in Indiana

Entrenador y jugadores de Butler celebran el pase a la final, el primero en la historia de la universidad. Foto: ESPN.com

Indiana es considerado como el estado del baloncesto. Es por ello que no extraña que varias de las leyendas que rodean al deporte de la canasta tengan el mismo telón de fondo. Un lugar donde se ama el deporte de la canasta más puro que existe, a fin de tener prácticamente más seguidores las categorías de formación que su franquicia de la NBA, los Pacers.

La última de estas historias tiene como protagonista a la pequeña universidad de Butler, flamantes finalistas del March Madness tras derrotar a los siempre correosos Spartans de Michigan State por 52-50. Una victoria que, en cierto modo, recuerda a la siempre recurrente experiencia del Insituto Milan, un pequeño centro de 161 estudiantes que ganó el torneo estatal de baloncesto en 1954 y que pasó a la memoria colectiva tras ser recreado en la película Hoosiers (leer más).

Como los héroes de la película, los chicos de los Bulldogs se han tenido que medir con programas mucho mejor dotados que ellos. Con futuras estrellas de la NBA. Con gente experimentada de la talla de Tom Izzo, entrenador de Michigan State. Pero, sin embargo, se han sabido sobreponer a todos los contratiempos y rivales para hacer de su sistema la carta ganadora. Para llegar a una final que se disputa en Indianapolis, ciudad donde el college está radicado.

La filosofía de Butler se basa en la defensa. Se suele decir que los ataques pueden ganar partidos pero es desde atrás donde se conquistan los campeonatos, un método que el jovencísimo entrenador Stevens -sólo tiene 31 años aunque por su aspecto parece un jugador trajeado- ha aplicado con gran éxito. Su equipo muerde atrás, presionando todas las líneas de pase y forzando muchas pérdidas en el equipo rival. En ataque, sin embargo, suele renunciar al contraataque para aplicar un sistema en estático que le ha aportado muchos réditos. La circulación de balón como prioridad. El pase extra llevado hasta el exceso. Un juego que le permite aprovechar las largas posesiones existentes en el baloncesto universitario al máximo. Sin pérdidas. Sin tiros forzados. Juego a pocos puntos, sí, pero son fiables como pocos.

Su principal estilete es el sophomore Gordon Hayward, un alero de más de dos metros y cara de niño bueno capaz de hacer de todo y todo bien. El triple es la prioridad del equipo, aunque si debe penetrar o jugarse las habichuelas contra los hombres grandes también lo puede hacer. Además no le tiembla la mano a la hora de asumir la responsabilidad, algo fundamental para llevar a un equipo de las características de los Bulldogs a la gran final por primera vez en la historia de la universidad. Junto a él Shelvin Mack, como amenaza exterior, y Matt Howard, como única referencia interior y principal motor de la circulación dentro-fuera, son las otras referencias del conjunto.

En la final tendrán a todo un clásico de estas lides como Duke, con el histórico Coach K. a la cabeza. Un equipo que podría efectuar un juego similar al de Butler, aunque para esta edición presenta una mayor presencia interior de la mano de Singler, Thomas y Zoubek. Del oficio de los Bulldogs y, sobre todo, de la templanza que estos posean a la hora de afrontar la gran cita dependerá la consecución o no del sueño. Y es que, como dijo Aristóteles, la lucha más fuerte es la que se libra con uno mismo y los nervios en los momentos decisivos pueden ser el principal enemigo los Bulldogs. Un equipo -con todas las letras- que ha demostrado tener argumentos suficientes para otorgar un cierre de oro a lo que ya es una leyenda del baloncesto universitario norteamericano.

3 comentarios:

Alejandro Díaz Triguero dijo...

Yo aposté por ellos como final Four cuando salió el bracket y he de admitir que su final me hubiera sorprendido si me lo dicen hace 3 semanas. Es lo que has dicho, un equipo con mayusculas, que basa su juego en la defensa de ayudas constantes y en la circulación de balón.

Saludos

Pirrimarzon dijo...

El dinamismo que ejerce el juego exterior de Butler al balón es de clínic, ya podrían aprender muchos de los que ahora están jugando en la NBA. Lo malo es que Duke es lo más parecido que tiene la NCAA ahora mismo al propio Butler, y como dices, sería darle de su propia medicina. El factor clave puede ser el rebote ofensivo de Duke, porque la diferencia de altura es abismal, y los de Durham han demostrado que utilizan ese arma muy inteligentemente.

Ahora, todo elogio es poco para alabar el buen hacer de los de Stevens. Vaya intensidad y generosidad de esfuerzo!!

Saludos

jaranero dijo...

Me ha gustado tu blog paisano, lo añado a mi blog roll.

Un Saludo y arriba ese CAI.