En lo impredecible de la cita reside la emoción e interés que los Playoffs despiertan en el espectador. Se trata de una tramo de la competición en la que los equipos deben dar el máximo posible y sirven para diferenciar a las estrellas de las futuras leyendas. Y es que, uno puede ser el MVP de la temporada regular, el máximo anotador o hacer que su equipo gane más partidos que nadie durante la Regular Season, pero si no confirmas esta supuesta superioridad durante el tiempo de killers no puedes esperar que la historia reserve un sitio especial para tí. La competencia es alta y, por lo tanto, la exigencia máxima.
Y es en esta época en la que ellos siempre aparecen. Impertérritos, como si el paso del tiempo no fuera con ellos. Vestidos con su eterno y elegante uniforme negro. Portando la sonrisa del villano indestructible en su cara. Sabedores de que, aunque les derriben, siempre van a retornar. Que cada derrota supone más experiencia. Cuando los Playoffs comienzan los chicos de Popovich se encuentran en su salsa, y este año lo están volviendo a demostrar.
Después de tres anillos -o cuatro contando el conseguido el del lock out- suena exagerado el creer que los Spurs puedan pillar de improvisto a alguien. Y es que hace seis temporadas ya que los de San Antonio se proclamaron campeones de la NBA por primera vez con el trío Parker-Ginobili-Duncan como base del conjunto. Muchos años con la misma fórmula como para no saber el peligro intrínseco que en ella reside. Porque el que ahora sea Parker el que sale como falso sexto hombre en vez de Ginobili no se puede considerar un recurso táctico novedoso. Incluso, el juego duro, que en ocasiones sobrepasa del reglamento, es algo que se da por hecho aunque Bruce Bowen ya esté -felizmente- retirado.
Pero, aunque sea la misma película de siempre e, incluso, no gustes del argumento o las interpretaciones -con las que yo no comulgo- la efectividad de la fórmula de los Spurs, actualmente 1-3 en su serie ante unos Mavs diseñados para optar al anillo, es algo digno de aplauso. Una forma de jugar salvaje capaz de sobreponerse a cualquier planteamiento táctico anterior y que, en esta ocasón, ha llevado a Dallas al terreno favorito de los que son, en palabras de Mark Cuban, sus odiados vecinos. Y es que la eliminatoria lleva camino de coleccionar más golpes que un combate de boxeo. La misma estratagema con la que ya dejaron KO, entre otros, a los ilusionantes Suns de D'Antoni.
El lado oscuro ha vuelto, aunque nunca se fue.
Y es en esta época en la que ellos siempre aparecen. Impertérritos, como si el paso del tiempo no fuera con ellos. Vestidos con su eterno y elegante uniforme negro. Portando la sonrisa del villano indestructible en su cara. Sabedores de que, aunque les derriben, siempre van a retornar. Que cada derrota supone más experiencia. Cuando los Playoffs comienzan los chicos de Popovich se encuentran en su salsa, y este año lo están volviendo a demostrar.
Después de tres anillos -o cuatro contando el conseguido el del lock out- suena exagerado el creer que los Spurs puedan pillar de improvisto a alguien. Y es que hace seis temporadas ya que los de San Antonio se proclamaron campeones de la NBA por primera vez con el trío Parker-Ginobili-Duncan como base del conjunto. Muchos años con la misma fórmula como para no saber el peligro intrínseco que en ella reside. Porque el que ahora sea Parker el que sale como falso sexto hombre en vez de Ginobili no se puede considerar un recurso táctico novedoso. Incluso, el juego duro, que en ocasiones sobrepasa del reglamento, es algo que se da por hecho aunque Bruce Bowen ya esté -felizmente- retirado.
Pero, aunque sea la misma película de siempre e, incluso, no gustes del argumento o las interpretaciones -con las que yo no comulgo- la efectividad de la fórmula de los Spurs, actualmente 1-3 en su serie ante unos Mavs diseñados para optar al anillo, es algo digno de aplauso. Una forma de jugar salvaje capaz de sobreponerse a cualquier planteamiento táctico anterior y que, en esta ocasón, ha llevado a Dallas al terreno favorito de los que son, en palabras de Mark Cuban, sus odiados vecinos. Y es que la eliminatoria lleva camino de coleccionar más golpes que un combate de boxeo. La misma estratagema con la que ya dejaron KO, entre otros, a los ilusionantes Suns de D'Antoni.
El lado oscuro ha vuelto, aunque nunca se fue.
2 comentarios:
De nuevo, un año más, dándo mucha guerra y este año si que parece que van a por todas.
Dallas parece ser historia ya!
Nunca se fueron, efectivamente. Tampoco comulgo con las ideas Popovich, aprendiz avanzado de Larry Brown, pero hay que reconocer que en estos momentos es un maestro. Con estos Spurs me ha pasado como a los Celtics: me los imaginaba como un depredador agachado esperando que los demás cacen y se cansen para ellos comerse a la gacela. Llegan los Playoffs y Zas!
A esperar de ver si los Mavs remontan (dificl), ya me froto las manos si se repite la serie frente a los Suns. Nash y su nariz tendrán ganas.
Saludos
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