Con la prematura eliminación de los Cavaliers a manos de los siempre serios Celtics en la segunda ronda de los Playoffs se desató de manera definitiva la carrera por LeBron James, jugador que acaba contrato en Cleveland y ha decidido salir al mercado para tantear sus posibilidades. La adquisición del Rey sin corona ha sido el principal objetivo de la mayoría de franquicias de la liga, algunas de las cuales, como New York, llevan dos años haciendo hueco salarial con el que poder atraerlo hasta su ciudad. Una misión de la que poco a poco se han ido desmarcando varios equipos, al fin y al cabo James sólo hay uno, y en la que permanecen fundamentalmente cuatro equipos -además de los propios Cavs, claro-: Nets, Clippers, Knicks y Bulls.
Hasta el momento, el culebrón LeBron se ha caracterizado por la búsqueda del detalle, en ocasiones de una manera cuasi-esquizofrénica. Así, situaciones en principio intrascendentes -muchas de ellas provocadas a propósito por el propio jugador- como el color de zapatillas usadas en un determinado partido o el logotipo en una gorra de baseball han provocado miles de interpretaciones de lo más dispares. Al entorno del baloncestista le ha interesado, durante todo este tiempo, mantener la incertidumbre en una respuesta que se ha querido demorar mientras King James seguía en competición.
Paradógicamente, el equipo que menos ruido ha hecho durante este periodo, Chicago Bulls, es el que mejor se ha posicionado tras lo que parece la primera filtración seria desde el lado del alero. Todos los medios norteamericanos se han hecho eco de una presunta llamada telefónica que El Elegido habría hecho Derrick Rose interesándose sobre su el impacto que tendría en el vestuario su posible ingreso en la franquicia que hizo legendaria Michael Jordan (leer). Un movimiento que pondría de manera definitiva a los de Illinois en la cabeza de la liga.
Excluyendo a Cleveland, que como se ha demostrado en estos Playoffs necesitaría la enésima reestructuración de su plantilla para poder darle un anillo a su niño bonito, los Bulls son los únicos candidatos que tienen una cierta planificación de futuro que no incluye a James como pieza fundamental. De hecho, LeBron nunca ha sido el objetivo principal puesto que la idea primigenia de Paxon -y quizás la más lógica- es usar el espacio salarial existente para atar a un poste de calidad que compense la desigualdad exterior-interior existente en la plantilla del United Center. Pero, ¿quién le puede decir que no al jugador que acaba de ganar su segundo MVP de manera consecutiva?
Actualmente sólo Rose, Deng, Noah, Hinrich, Johnson y Gibson tienen contrato para la próxima temporada. Una base joven y, sobre todo, de calidad que podría acercar a James al título. De hecho, sin él, los Bulls han conseguido disputar este año la postemporada y su margen de mejora es bestial. Además, Chicago es la tercera ciudad de Estados Unidos y los Bulls una de las franquicias más mediáticas existentes. El sitio desde el que His Airness inició su imperio, el espejo comercial en el que se siguen mirando todos los deportistas del mundo y el patrón que desde Nike, principalmente, ha seguido desde que firmaron a LeBron.
El siguiente paso a seguir por los Bulls es la contratación de un entrenador que ocupe el hueco existente tras la destitución de Vinny del Negro. Un hombre que termine por convencer al codiciado alero para que se sume al proyecto de Illinois. Todos los ojos apuntaban a Calipari, que sin embargo ha afirmado desear continuar en Kentucky. Una dirección fiable desde la banda, precisamente la pieza que parece haber fallado este año en Cleveland, podría hacer al de Akon decantarse por uno u otro equipo. Y es que, al fin y al cabo esta va a ser la primera vez en su carrera que El Elegido va a poder elegir su destino.
Hasta el momento, el culebrón LeBron se ha caracterizado por la búsqueda del detalle, en ocasiones de una manera cuasi-esquizofrénica. Así, situaciones en principio intrascendentes -muchas de ellas provocadas a propósito por el propio jugador- como el color de zapatillas usadas en un determinado partido o el logotipo en una gorra de baseball han provocado miles de interpretaciones de lo más dispares. Al entorno del baloncestista le ha interesado, durante todo este tiempo, mantener la incertidumbre en una respuesta que se ha querido demorar mientras King James seguía en competición.
Paradógicamente, el equipo que menos ruido ha hecho durante este periodo, Chicago Bulls, es el que mejor se ha posicionado tras lo que parece la primera filtración seria desde el lado del alero. Todos los medios norteamericanos se han hecho eco de una presunta llamada telefónica que El Elegido habría hecho Derrick Rose interesándose sobre su el impacto que tendría en el vestuario su posible ingreso en la franquicia que hizo legendaria Michael Jordan (leer). Un movimiento que pondría de manera definitiva a los de Illinois en la cabeza de la liga.
Excluyendo a Cleveland, que como se ha demostrado en estos Playoffs necesitaría la enésima reestructuración de su plantilla para poder darle un anillo a su niño bonito, los Bulls son los únicos candidatos que tienen una cierta planificación de futuro que no incluye a James como pieza fundamental. De hecho, LeBron nunca ha sido el objetivo principal puesto que la idea primigenia de Paxon -y quizás la más lógica- es usar el espacio salarial existente para atar a un poste de calidad que compense la desigualdad exterior-interior existente en la plantilla del United Center. Pero, ¿quién le puede decir que no al jugador que acaba de ganar su segundo MVP de manera consecutiva?
Actualmente sólo Rose, Deng, Noah, Hinrich, Johnson y Gibson tienen contrato para la próxima temporada. Una base joven y, sobre todo, de calidad que podría acercar a James al título. De hecho, sin él, los Bulls han conseguido disputar este año la postemporada y su margen de mejora es bestial. Además, Chicago es la tercera ciudad de Estados Unidos y los Bulls una de las franquicias más mediáticas existentes. El sitio desde el que His Airness inició su imperio, el espejo comercial en el que se siguen mirando todos los deportistas del mundo y el patrón que desde Nike, principalmente, ha seguido desde que firmaron a LeBron.
El siguiente paso a seguir por los Bulls es la contratación de un entrenador que ocupe el hueco existente tras la destitución de Vinny del Negro. Un hombre que termine por convencer al codiciado alero para que se sume al proyecto de Illinois. Todos los ojos apuntaban a Calipari, que sin embargo ha afirmado desear continuar en Kentucky. Una dirección fiable desde la banda, precisamente la pieza que parece haber fallado este año en Cleveland, podría hacer al de Akon decantarse por uno u otro equipo. Y es que, al fin y al cabo esta va a ser la primera vez en su carrera que El Elegido va a poder elegir su destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario