Chris Webber vuelve a la franquicia que le vio jugar por primera vez en
la NBA. Fue en 1993 cuando el puntal de los
Fab Five de Michigan aterrizó en Oakland vía
draft con escala en Orlando, franquicia que le eligió cono número uno y que recibió a cambio a otra institución de la liga, Penny Hardaway.
Pero su primera etapa en la Bahía no más corta de lo que se esperaba. C-Webb tuvo fuertes discrepancias con el que por entonces era el entrenador de los Warriors y sólo duro un año en Oakland. Aquel entrenador que decidió prescindir del rookie del año fue Don Nelson, el mismo que actualmente regenta el banco de Golden State. Caprichos del tiempo.
La decisión de Webber al apostar por Golden State ha sorprendido a propios y extraños. Su estado físico no es el mejor, pero C-Webb sigue atesorando la calidad y visión de juego que ha enarbolado durante toda su carrera. Por ello se esperaba que fichara por un equipo con serias opciones de anillo, tal como hizo el año pasado con los Pistons. Sin embargo Webber será una pieza de lujo en la rotación de los Warriors. A priori no parece un jugador indicado para el run’n’gun característico de los de la Bahía, pero su presencia ayudará a paliar la carestía de piezas interiores que posee Golden State.
Webber firmará por el salario mínimo que puede cobrar un jugador con su experiencia, excepto el sueldo que debería haber cobrado en los tres meses en los que ha estado inactivo. Con esta incorporación los Warriors consiguen añadir más adeptos para su proyecto, entre los que me incluyo.
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