La temporada pasada los Orlando Magic consiguieron introducirse dentro de la elite del Este al liderar con cierta solvencia la Southeast Division y conseguir el tercer mejor balance victorias-derrotas de la conferencia. Este año los de Orlando deberían estar obligados a intentar mejorar los registros del curso pasado e intentar colarse en la final de conferencia, una tarea complicada pero que sin duda consolidaría el proyecto deportivo de los Magic en el año que cumplen su vigésimo aniversario.
Para aspirar a tan ambiciosas cuotas los Magic cuentan con uno de los argumentos más rotundos de toda la liga, Dwight Howard. Con su incursión en el mejor quinteto de la liga el joven pívot se ha confirmado como uno de los jugadores interiores más dominantes de la liga. Todo un portento físico que promedió 20,7 puntos y algo más de 14 rebotes por partido la pasada temporada.
Rashard Lewis y Hedo Turkoglu parten como teóricas segundas espadas. Después de realizar una temporada bastante similar en números las sensaciones ofrecidas por ambos jugadores son completamente distintas. El ex de los Sonics no ha sabido refrendar su exagerado contrato en su primer año en Florida y se dejó comer el terreno por un Turkoglu que vio reconocida su labor con la obtención del trofeo al jugador que más ha mejorado. Aunque las últimas declaraciones del turco en las que afirma que no continuará la temporada que viene en Orlando podrían resultarle contraproducentes de no salir las cosas bien al inicio de la temporada.
Mickael Pietrus llega a Orlando con la misión de añadir intensidad a un más que apañado perímetro. La llegada del jugador francés sirve para apuntillar la posición de escolta que queda perfectamente cubierta con Keith Bogans y el hasta ahora infrautilizado JJ Redick. Algo más coja queda la posición de base tras la marcha de Carlos Arroyo y Keyon Dooling. Jameer Nelson deberá dar el paso adelante definitivo en su juego y disipar las dudas que hasta ahora a creado. La apuesta de la franquicia por él parece clara y es la hora de responder.
Pese a que parezca increíble el juego interior es la faceta más débil del equipo. Y es que después de Howard no hay nada. La renovación de Foyle indica la dificultad de encontrar jugadores interiores de garantías y parece que Stan Van Gundy se decantará por repetir la fórmula de jugar con cuatro jugadores abiertos con Turkoglu como falso cuatro y D12 como única referencia interior. Un sistema que nació de la necesidad de cubrir la baja de Tony Battie y que se mostró muy difícil de defender.
Para aspirar a tan ambiciosas cuotas los Magic cuentan con uno de los argumentos más rotundos de toda la liga, Dwight Howard. Con su incursión en el mejor quinteto de la liga el joven pívot se ha confirmado como uno de los jugadores interiores más dominantes de la liga. Todo un portento físico que promedió 20,7 puntos y algo más de 14 rebotes por partido la pasada temporada.
Rashard Lewis y Hedo Turkoglu parten como teóricas segundas espadas. Después de realizar una temporada bastante similar en números las sensaciones ofrecidas por ambos jugadores son completamente distintas. El ex de los Sonics no ha sabido refrendar su exagerado contrato en su primer año en Florida y se dejó comer el terreno por un Turkoglu que vio reconocida su labor con la obtención del trofeo al jugador que más ha mejorado. Aunque las últimas declaraciones del turco en las que afirma que no continuará la temporada que viene en Orlando podrían resultarle contraproducentes de no salir las cosas bien al inicio de la temporada.
Mickael Pietrus llega a Orlando con la misión de añadir intensidad a un más que apañado perímetro. La llegada del jugador francés sirve para apuntillar la posición de escolta que queda perfectamente cubierta con Keith Bogans y el hasta ahora infrautilizado JJ Redick. Algo más coja queda la posición de base tras la marcha de Carlos Arroyo y Keyon Dooling. Jameer Nelson deberá dar el paso adelante definitivo en su juego y disipar las dudas que hasta ahora a creado. La apuesta de la franquicia por él parece clara y es la hora de responder.
Pese a que parezca increíble el juego interior es la faceta más débil del equipo. Y es que después de Howard no hay nada. La renovación de Foyle indica la dificultad de encontrar jugadores interiores de garantías y parece que Stan Van Gundy se decantará por repetir la fórmula de jugar con cuatro jugadores abiertos con Turkoglu como falso cuatro y D12 como única referencia interior. Un sistema que nació de la necesidad de cubrir la baja de Tony Battie y que se mostró muy difícil de defender.
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