Los jugadores de UNC celebrán el título de campeones. Foto: SI.com Los Tar Heels no defraudaron e impusieron, desde el inicio del partido, su condición de favoritos para proclamarse vencedores del March Madness. A los de celeste y blanco no les pesó en ningún momento el jugar en territorio hostil y consiguieron hacer patente su superioridad ante unos Spartans que no estuvieron a la altura en ningún momento.
El partido, por lo tanto, no tuvo mucha historia. Los de Chapel Hill dominaron a placer durante todo el encuentro en una nueva gran actuación de su triángulo escaleno Hansbrough-Lawson-Ellington. El MOP de la Final Four se lo llevó este último, pese a que quizás hubiese sido más justo dárselo al base, auténtico termómetro de los Tar Heels campeones.
No obstante, sea como fuere, esta final supone, además del quinto título de la NCAA para North Carolina, la despedida perfecta para una leyenda universitaria como es Tyler Hansbrough. Una graduación cum laude para un jugador al que no le auguran gran protagonismo dentro del baloncesto profesional. Pero oye, que le quiten lo bailao.
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