Así es como me siento y, me imagino, como se sentirá toda la afición del Basket Zaragoza. Ver a tu equipo tirar todas sus opciones de ascenso por quinto año es algo que ningún aficionado desea, y ver como lo hacen además sin ningún tipo de honor aun duele más.
El partido de ayer puso punto final a una temporada llena de despropósitos, hasta 15 jugadores diferentes han conformado la plantilla del Basket Zaragoza este año, que nos brindó una oportunidad única el jueves, en el cuarto partido del Play-off, para poder sentenciar la eliminatoria en nuestra casa, pero que finalmente nos deparó el mismo final de siempre.
Sobre el partido no hay mucho que comentar, muchos jugadores con más ganas de ser él el que metiese la canasta definitiva que por que el equipo consiguiera el ascenso. Consiguieron parar medianamente a Quinteros Y Bulfoni, pero ayer aparecieron Hughes, Leather y Lucho. El CAI fue siempre a remolque en el marcador, y sin una sensación clara de poder llegar a alcanzar a León, a falta de un minuto y medio, aproximadamente, y tras un parcial de 0-7 Zaragoza se puso a cinco, pero ahí quedo todo, y dos perdidas estúpidas de balón hicieron que los locales se fueran a ir de 10 consumando así su ascenso.
Hoy aun estoy bastante “caliente” y decepcionado y las palabras del Dirctor General del CAI, García Chapuli, “no ha sido un fracaso, sino una decepción” no hacen sino que enervarme más, por lo que aun esperaré a estar más “frio” para volver a analizar lo que nos deparará en otra aburrida campaña LEB, o como la van a llamar a partir de ahora, LEB Oro.
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