De dos en dos

La llegada de Gasol a Los Angeles marcó un antes y un después en el devenir de este curso baloncestístico. Los equipos buscaron refuerzos y las posiciones interiores se convirtieron en la prioridad en los equipos aspirantes.

La dupla Gasol-Bynum, pese a que aun es inédita, provoca pavor en los vestuarios de la liga. Phoenix fue el primer equipo en reaccionar con la incorporación de Shaquille O’Neal. El perro grande forma con Amare Stoudamaire una pareja difícil de parar. Pese a que Shaq se encuentra lejos de su mejor momento es difícil pensar que cualquier equipo se atreva a despreocuparse de su marcaje, aunque actualmente la amenaza de Amare sea mayor.

Y como a cada acción le sigue una reacción los próximos en actuar fueron los Spurs, temerosos de poder quedarse fuera de la pugna por el anillo. San Antonio se hizo con los servicios del veterano Kurt Thomas que se encontraba desterrado de la primera línea en Seattle. El pívot vuelve así a competir por el anillo. Si el año pasado jugó el papel de anti-Duncan, este deberá escoltar al número 21 por las zonas del salvaje Oeste en busca del que sería su quinto anillo.

El último en reaccionar han sido los Cavaliers de LeBron. En su afán de rodear al Elegido protagonizaron el traspaso más sonado de la deadline en el que se hicieron con los servicios, entre otros jugadores, del cuatro veces all-star Ben Wallace. Pese a que Big Ben parecía que iba a partir desde el banquillo en su primer partido jugó de titular, en la posición de ala-pivot, formando con Illgauskas una curiosa pareja. Vale que Wallace llegó a Cleveland como saldo de un mercado que ya había agotado sus productos estrella. Y que su carrera deportiva, basada en su físico, parece de capa caída. Pero con el lituano a su lado Wallace deja de ser el único referente interior para amoldarse a la figura de Zydrunas, como en Detroit, como en sus días de gloria.

Todos estos movimientos apuntan a que las zonas jugarán un gran papel en la conquista del anillo, aunque equipos como Boston y, sobretodo, Dallas apuntan hacia otras partes de la cancha como sus argumentos más firmes. La suerte está echada y sólo el tiempo dictará cuál es la apuesta más acertada.