martes, 16 de octubre de 2007

La última de Nash

Si cuando hablé de Sacramento dije que la historia les debía un anillo, al hablar de los Suns, sobretodo de los Suns de Nash, diré que este año deberían ser campeones por imperativo legal. Y es que los movimientos realizados por la dirección de los Suns hacen interpretar que por Phoenix no estan muy por la labor de seguir invirtiendo en este proyecto.

Los continuos rumores de salida de Shawn Marion, por motivos económicos derivados de alto salario más que por rendimiento deportivo y el trade que envió a Kurt Thomas a Seattle junto a dos futuras rondas de playoff a cambio de dinero marcan una política claramente ahorradora.

No obstante aun nos queda por delante como mínimo esta temporada en la que la apuesta de los Suns parece que va a ser la misma. Salvo que se produzca el controvertido intercambio de Marion, Phoenix presenta su candidatura con Shawn Marion, Amaré Stoudamaire y Steve Nash como cabezas de cartel. Junto a ellos Raja Bell, el mejor sexto hombre de la pasada campaña, Leandro Barbosa, Boris Diaw y la incorporación de Grant Hill, como principal novedad, parecen fijos en la rotación.
A partir de aquí todo depende de las intenciones de Mike D'Antoni. A priori una rotación de site jugadores se antoja corta, más para los 82 partidos de temporada a los que habrá que sumar las eliminatorias de playoff. Por ello, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado, D'Antoni deberá plantearse usar más el banquillo para que los jugadores lleguen al momento clave de la temporada más descansados. Si el técnico de los Suns se empecina en seguir usando de forma regular sólo siete jugadores el anillo, probablemente, se alejará del desierto de Arizona.

El otro punto negro de los Suns es el juego interior. Yo no creo que haya que obsesionarse con un anti-Duncan, de hecho creo que los Suns deberían haber ganado su eliminatoria del año pasado de no haberse cometido ciertas irregularidades, pero si que tras la salida de Thomas el no haber cubierto el hueco que este deja puede ser un error que Phoenix puede acabar acusando.

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